

Hay que reconocer que la vida de Nick Mason es digna de envidia. Cuatro décadas saboreando las mieles del triunfo como percusionista de uno de los grupos más grandes de la historia de la música rock (Pink Floyd), para después jubilarse y poder dedicar su tiempo a su otra gran pasión: los coches clásicos, un hobby que no se puede cultivar con la típica pensión de jubilado.
Su colección está considerada como una de las más importantes del planeta. En ella figuran joyas como el Ferrari 312 T3 con el que Gilles Villeneuve ganó su primer Gran Premio, un Maserati 250 F, un Aston Martin Ulster, McLaren F1, Bugattis, … en definitiva, un cajón de juguetes que haría palidecer al mismísimo Jay Leno.
Pero Mason no se limita a coleccionarlos, sino que también los utiliza para participar en carreras de clásicos. Y como en Audi conocen esta debilidad del músico, quisieron invitarle a participar en el próximo Goodwood Festival of Speed (22 al 24 de junio).
Parece que no costó mucho convencerle; bastó una sola llamada de teléfono ofreciéndole el volante de un Auto Union Tipo C de 1936. Así cualquiera…
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