miércoles, 22 de agosto de 2007

El cinturón de seguridad salva a conductor que se ahogaba




Con mucha hambre debió haber despertado Steven John Earp de Eugene, Oregon, porque no aguantó a llegar a la oficina y decidió tragarse un sandwich mientras estaba al volante. Lo que no sospechó el imprudente conductor, es que esa pudo haber sido la última comida de su vida. ¿Cómo? pues mientras conducía, el tipo se atragantó y comenzó a asfixiarse. Pero la situación empeoró, porque perdió el conocimiento y se estrelló contra un automóvil estacionado. Hasta ahí todo mal, pero aunque no lo parezca, esta historia tuvo un final feliz. La cosa es que Earp llevaba su cinturón de seguridad puesto, y al chocar, este le hizo la maniobra de Heimlich, ayudándolo a expulsar el pedazo de sandwich que lo estaba matando.

Al final lo único que hubo que lamentar fueron los daños en los automóviles. El suertudo de Earp recobró la consciencia después del choque, pero al salir del vehículo sufrió un colapso y debió ser trasladado a un hospital para su observación, siendo luego dado de alta.

Las lecciones que sacamos de esta historia son bastante simples:

1.- Ponte el cinturón, porque este te puede salvar la vida de maneras que no te imaginas.
2.- Guarda el maldito sandwich hasta que llegues a la oficina.

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