Las drogas, entre las que se encuentra el legalizado alcohol, son agentes que alteran las funciones normales del organismo, y repercuten en nuestros reflejos, percepción del riesgo, euforia, sobreestimación de las habilidades… en resumen, a nuestra capacidad para conducir un vehículo.
Las drogas han sido motivos de inspiración creativa, de algunos cultos religiosos, tradiciones, cultura… pero en lo que se refiere al automóvil, su contribución se cuenta en muertos, heridos graves, etc.
La DGT (direccion Española de control del transito) está trabajando en un control de drogas mediante el análisis de saliva, que ha sido puesto en práctica por los Mossos d’esquadra, la policía autonómica catalana. Se trata de echar un esputo a un agente, pero dentro de una probeta, para posteriormente hacer un pequeño análisis in situ y determinar qué sustancias psicotrópicas han sido consumidas por el conductor.
Cocaína, heroína, cannabis y metanfetaminas serán detectadas.
Recordemos que las drogas al volante, ya sea por consumirlas en marcha o por haberlas consumido y conducir, acarrean pérdida de puntos, sanciones económicas, retiradas temporales del permiso... El sistema puede dar positivo si han sido consumidas las sustancias tiempo antes de la conducción, de modo que los consumidores deberán elegir entre coger menos el coche o renunciar a ciertas costumbres.
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