Gracias al científico Floyd Butterfield, es posible crear combustible para uso propio (o para venderlo) con un costo muy bajo: unos 60 céntavos el litro o menos. El culpable es un surtidor portátil de bioethanol llamado E-Fuel 100 MicroFueler
El aparato en cuestión pesa 90,72 kilos y cuesta unos 7.000 €, lo más problemático del asunto. Sus dimensiones son similares a las de una lavadora o secadora de casa.
Esperamos que el invento se ponga de moda porque eso empujaría los precios de todas las gasolineras hacia abajo.
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