El perdón, es fácil decir yo perdono y no olvido o quizás perdón y olvido, pero en realidad que difícil es perdonar de corazón. Es que desde mi visión perdonar no es sencillo, se vuelve absorbente con pensamientos repetitivos, ganas de vengar el agravio, miles de planes de venganza a la espera del momento oportuno.
El perdón es mucho más que olvidar y dar la otra mejilla, es ese vacío que deja la fantasía al enfrentamos a la realidad, es el conocimiento pleno que dolió, que ofendió, que afecto definitivamente la estructura emocional del agredido.
¿Cómo perdono?
Que difícil, particularmente me considero una persona que intenta no lastimar, al menos no de oficio, sino más bien mis agravios son producto de las circunstancias, del momento, la necedad y la necesidad de tomar posturas en batallas que no me corresponden.
Con este antecedente, creería que las ofensas recibidas tienen un poco de las que yo he cometido. Pero para salir de este círculo vicioso, mi perdón es definitivo ¿cómo? dejo esas batallas innecesarias, me divorcio de los generadores de odio, me distancio de los locutores de ofensas y me coloco donde la paz, el amor, la unidad me acogen con total generosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario