
El primer ministro australiano, Kevin Rudd, le ha dado un dolor de cabeza al mandamás de la F1 en su empeño de que el GP de Australia se celebre por la noche. Su gobierno no está dispuesto a pagar la factura para que Ecclestone se llene los bolsillos con las televisiones europeas gracias a un carrera nocturna en Melbourne.
Como un niño contrariado, a Bernie le ha faltado tiempo para exclamar: “No iremos a Australia durante mucho tiempo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario